Bel Fullana

Projects

MISS MIERDA
Espacio Dörffi
Lanzarote, Spain
2018

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Muñeco de barro

 

Parece como si no pudieses retener ese pensamiento que empuja con fuerza desde el fondo de tu mente: esto lo podría haber pintado mi hija, mi sobrino, mi nieta…Muy bien, ya lo has soltado, ahora relájate y observa de nuevo. Sin prejuicios, simplemente disfruta. Permite que los colores y la plasticidad te lleven de la mano. Y adelante, ríete si lo necesitas, el arte no siempre es serio.

 

Sólo los niños tienen la capacidad de mirar con unos ojos nuevos, desprovistos de la carga de los convencionalismos, los tabúes y los filtros acumulados a lo largo de los años. Esta actitud se traslada al resto de sus acciones: dicen lo que piensan; lloran si les apetece; comienzan a pintar un folio en blanco sin miedo, usando los colores instintivamente, arrugando el papel y tirándolo a la basura si no están contentos con el resultado. Bel Fullana admira y anhela este comportamiento a partes iguales. Quién fuera niña para pintar con semejante libertad.

 

El objetivo no es fácil, pero ella no deja de intentarlo. En cada uno de sus trabajos se palpa un esfuerzo por quitar capas y aproximarse a expresiones más limpias, nobles podríamos decir. En esta búsqueda insaciable de la sinceridad anida la cualidad radical de sus obras. A Bel Fullana no le importa desvelar que el traje nuevo del emperador es un fake, lo dice bien alto: ¡está desnudo! De esto trata el proyecto de Miss Mierda, un retrato mordaz y divertido del sujeto contemporáneo, más preocupado por la imagen de sí mismo proyectada en las pantallas de los demás que por el contenido real de la misma, en caso de tenerlo.

 

La maravillosa Miss Mierda representa una verdad sin complejos: la superficialidad reinante de la sociedad occidental. Cualquier maniobra u operación es lícita para conseguir un selfie que reporte muchos likes. Aparentar es la clave y, si se quiere encubrir lo que sobresale por debajo, siempre quedarán el Photoshop y el maquillaje. Miss Mierda se embadurna de cosméticos sin medida para estar guapa. Es excesiva-compulsiva. Las obras Demasiado carmín o Make up beast (Maquillaje de bestia) muestran como la superabundancia incontrolada puede dar lugar al absurdo. La forma de mostrarlo es infantil y cruda, pero no por ello menos real. El caos, la acumulación, el automatismo o la superposición propia de las experimentaciones de los más pequeños, tienen su resonancia en las prácticas adultas y desmesuradas de hoy en día.

 

La mirada crítica de la artista, a pesar de su acidez, no es nociva ni excluyente, sino empática y llena de humor. Fullana realiza el cuestionamiento desde dentro, sintiéndose parte de la maquinaria que despliega en lienzos y paredes. Detecta las extravagancias al mismo tiempo que es cómplice de ellas.
Los objetos y complementos que acompañan a Miss Mierda – pintauñas, tabaco, móvil – son parte del presentismo que caracteriza nuestros modos de ser. Su función es inmediata, atienden al momento, y la atmósfera afectiva que los rodea está basada en las apariencias, en una existencia para ver y ser visto.

 

Los ritmos, las preocupaciones y las expectativas que rigen la vida actual no tienen nada que ver con los idearios de hace apenas un siglo. El sociólogo francés Michel Maffesoli apunta el giro desde el hombre realizado – dueño de sí –, que dominó la modernidad, hacia el puer aeternus, ese niño perpetuo, juguetón y travieso que resurge en la posmodernidad. El escritor recurre a la representativa figura de Dionisio como modelo de individuo que prolifera en las megápolis actuales. «De ahí la importancia de lo festivo, la potencia de la naturaleza y el entorno, el juego de las apariencias (…) cosas que hacen de la existencia una sucesión de instantes eternos.»1

 

Miss Mierda es una especie de antihéroe que pone en evidencia al supuesto héroe contemporáneo, ridículo donde los haya, dispuesto a enmascararse y someterse a operaciones para fingir una juventud que él mismo, como integrante de la sociedad, se impone. Manipulación y retoques continuos. El héroe de gimnasio se cree algo, pero se queda en la superficie, al igual que nuestra protagonista: con su pote y su cigarro, sólo es un muñeco de barro. Una masa imperfecta que es necesario modelar para adaptarla a la cultura del placer y la frivolidad del momento.

 

A través de su imaginario cotidiano y su entusiasmo vomitado en forma de arcoíris, Miss Mierda se convierte en un espejo en el que mirarnos. Un soplo de vitalidad y frescura que nos invita a reírnos de nosotros mismos.

 

Nerea Ubieto

 

1 MAFESSOLI, Michel. El instante eterno. El retorno de lo trágico en las sociedades posmodernas. Espacios del saber 19. Ed.Paidós. Buenos Aires, 2001. P.14.

 

 

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